En el mundo digital la inteligencia artificial sigue dando de qué hablar y es que cada vez son más las personas que apuestan por este tipo de soluciones que han transformado no sólo nuestra forma de interactuar sino también han abierto nuevos horizontes en las industrias de marketing y comunicación digital.
Hoy, después de algunos meses de poner a prueba a dos de las plataformas más utilizadas de inteligencia artificial, te platicamos sus diferencias y cómo pueden potenciar tus tácticas de marketing digital con ellas. ¡Toma nota!
Habilidades de conversación
Tanto ChatGPT como Bard de Google son impresionantes en sus capacidades conversacionales. ChatGPT, la propuesta de OpenAI, es reconocida por su capacidad para mantener conversaciones consistentes y adaptadas al contexto con los usuarios. Funciona con el modelo GPT-3.5, una tecnología que tiene más de 175 mil millones de parámetros, lo que ofrece ventajas significativas para comprender el contexto y generar respuestas aún más precisas.
Por otro lado, Bard es la respuesta de Google a los avances en el procesamiento del lenguaje. Aunque se basa en una tecnología similar, como el modelo T5 de Google, se centra más en generar respuestas más completas y detalladas. Su formación es exhaustiva y está impulsada por la gran cantidad de datos que Google ha recopilado a lo largo de los años.
Adaptabilidad y personalización
Si hablamos de adaptabilidad y personalización, ChatGPT ha demostrado ser muy versátil. Se puede capacitar en tareas específicas o dominios específicos para ajustar su desempeño a necesidades específicas. Esto nos permite como profesionales de marketing utilizarlo para producir contenido, responder preguntas frecuentes y brindar atención al cliente de manera eficiente.
Bard, por su parte, se integra con otras tecnologías de Google, dándole acceso a una amplia gama de datos y conocimientos. Esta integración lo convierte en una opción poderosa para proporcionar información detallada y precisa, especialmente en búsquedas complejas o consultas que requieren múltiples fuentes.
Disponibilidad y acceso
ChatGPT está por todos lados, muchas compañías lo usan. OpenAI lo pone a tu alcance con su API, así que los programadores y empresas pueden ponerlo en sus apps y servicios sin problema. Gracias a eso, su uso se ha incrementado.
En cambio, Bard es como el chico nuevo en el barrio. Google ha ido paso a paso con él, asegurándose de que todo vaya bien para garantizar que funcione correctamente y evitar posibles problemas de sesgo o uso indebido.
Consideraciones éticas y de privacidad
Ambos asistentes tienen implicaciones éticas y de privacidad que se deben considerar. El acceso a grandes cantidades de datos y el uso de potentes modelos lingüísticos plantean preocupaciones sobre la privacidad de los usuarios y la posibilidad de que se difunda información errónea o sesgada.
Es importante que los usuarios sean conscientes y hagan uso responsable de estas tecnologías para garantizar que se utilicen de manera ética y en beneficio de los usuarios.
En resumen, tanto ChatGPT como Bard son impresionantes asistentes de voz que están siguen buscando cambiar la forma en que interactuamos con la inteligencia artificial. Ambos tienen sus propias fortalezas y debilidades, y elegir entre ellos depende de las necesidades específicas de cada proyecto o estrategia de marketing.
Con la combinación adecuada de estrategia y tecnología, estos asistentes de voz pueden ser una poderosa herramienta para mejorar la comunicación con los clientes y brindar experiencias más personalizadas y enriquecedoras.